Limitar la evolución de esta patología, ¡es posible! Se logra interviniendo con rapidez e incidiendo de forma específica, ya que cada brote inflamatorio de dermatitis atópica favorece nuevas recaídas. Es esencial tratar cada brote de forma radical, cosa que limitará la reaparición de lesiones y reducirá la duración del progreso de la enfermedad.
El tratamiento farmacológico para un brote de eccema se basa principalmente en corticosteroides locales (o dermocorticoides) que favorecen la desaparición de las lesiones inflamatorias y un alivio rápido del prurito o picor.
Es común observar una recaída por la interrupción brusca del tratamiento. Será un médico especialista quien determinará qué, cómo y durante cuánto tiempo seguir el tratamiento.